miércoles, 2 de marzo de 2011

SEÑOR DE VILCABAMBA EMERGE DE ESPÍRITU PAMPA Y REESCRIBE LA HISTORIA

LIMA | CUSCO: Arqueólogos peruanos encontraron la tumba de uno de los principales jefes de la historia Wari, ubicada en Vilcabamba, provincia de La Convención, Cusco. En las trincheras de excavación del Cementerio Pre Inka se halló una cesta conteniendo un pectoral de plata, en forma de Y, que muestra una base cóncava y dos brazos laterales; cada brazo muestra tres figuras circulares y en la parte superior se aprecia la figura de un felino antropomorfo con un orificio en el medio de la boca.

También forma parte de la parafernalia funeraria una máscara de plata con una figura antropomorfa. El atuendo del personaje de la Nobleza Wari se complementa con dos brazaletes de oro, así mismo se halló dos báculos de madera chonta, forrados con láminas de plata, el ornamento de entierro hallado también presenta doscientos treinta y cuatro láminas de plata. De igual forma existen quince láminas de plata con diseños antropomorfos felínicos.

Son parte también tres collares por cuentas fabricadas de turquesa, malaquita, calcita y lapislázuli, junto a objetos cerámicos de uso doméstico de la manufactura Inka.

Los recientes hallazgos en Espíritu Pampa marcan un hito en el proceso histórico cultural andino que obligan a reescribir la historia del Perú. Ahora sabemos que los Wari se expandieron hacía el Antisuyo en la selva, estableciendo una colonia en Espíritu Pampa, con su sistema político y religioso y probablemente con una dinastía de gobernantes o señores regionales.

Igualmente se descubre que Espíritu Pampa no fue solamente el último bastión Inka en la resistencia contra la invasión española, sino que mucho antes floreció un importante asentamiento Wari, que fue conocido por los Inkas.

Espíritu Pampa fue un lugar sagrado para ambas culturas, no fue casual que posteriormente los cronistas la llamaran Vilcabamba La Vieja, Willca en quechua significa sagrado.

Este descubrimiento abre una nueva etapa en el estudio sobre los Wari, pues sólo se consideraba que esta cultura se había expandido por la costa y sierra, sin llegar a la selva. Los recientes hhalazgos señalan que los Wari desplegaron su desarrollo también por esas latitudes.

En el caso de los estudios de los Wari en el Cusco, hasta antes se consideraba su extensión a las provincias de Cusco, Quispicanchi, Acomayo y parte de Anta, donde existen evidencias arqueológicas, destacando la ciudadela de Pikillacta con una clara visión arquitectónica y urbana.

Las crónicas recogidas que afirmaban que Espíritu Pampa o Vilcabamba fue fundado por los Inkas y en particular por Manco Inka, el rebelde, es replanteado por una nueva visión en el sentido que los Inkas emergentes conocieron a los Wari de la última generación.

En esa línea de hipótesis que abarcan algunos de los trabajos de María Rostworowski, podría quedar explicada la mitología de la Guerra de los Inkas contra los Chankas, considerando que estos últimos representaban a los Wari.

Lo que se puede proponer sobre la base de la superposición de elementos culturales en un medio geográfico común y cuya única variable es el tiempo, es que la dinastía de los Inkas fue la continuidad en el tiempo de sucesivas dinastías de los Wari, como señala Juha Hiltunen en base a una reinterpretación de la crónica de Fernando de 

Montesinos.

Correo Noticias


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